Ella tiene algo.
No sabría decir que es, pero tiene algo… te atrapa, no te deja ir.
Solo hace falta mirarla.
Quizá sea la forma en que sonríe. La manera en que se curvan sus labios rojos, una sonrisa torcida, engañosa, una sonrisa de serpiente.
Tal vez sea algo en sus ojos, esos ojos grises, fríos, casi inexpresivos, pero aun así tan cautivadores; una mirada fatal y audaz… es imposible escapar de ella.
Puede ser la forma en que camina, contoneándose ligeramente, te marea. Esa forma de pasar, como si flotara.
Posiblemente sea el sonido de su voz, como un susurro o, más bien, como un zumbido, sus palabras resuenan en tu mente una y otra vez, no puede sacártela de la cabeza.
Quizá haya algo en su risa, como un tintineo, una canción de cuna, una melodía suave.
Cada vez que la vez es una persona distinta.
Eso es lo que a mí más me gusta, La forma en que cambia su sonrisa, su voz, su forma de andar.
Nunca sabrás quien es…
Porque en realidad no es nadie.
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