domingo, 13 de noviembre de 2011
Blond
Cuando la miras a los ojos lo sabes (a la perfección) ha estado sola, ha estado jugando (sucio) ruleta rusa. Cuando pronuncia tu nombre, te marea (te confunde) y te pierdes entre los bordes de sus palabras que parecen (cargadas) ridículas; palabras que se pronuncian en silencio (no puedes entender lo que dice)
Te asusta y fascina porque es tan ligerea (y tan pesada) que parece irreal. Te gusta su piel suave, su lengua áspera y sus labios rojos, rojo cereza (cereza) cereza. Su voz (como un eco) y su risa como el cristal que aprieta entre sus manos, que se llena de sangre (su sangre) la tuya.
Tal vez sería mejor irte (huye, escapa) olvidarla (imposible, absurdo).
Demasiado alcohol y desesperación (sombras, fantasmas). Las sobras de una ilusión ¿La ilusión de quien? Suya no, tuya tampoco (no eres tu ¿soy yo?) pero creo (tú lo sabes) que es demasiado tarde, ya déjalo (es el final) ya no te esfuerces, no lo vale (TU no lo vales cariño). ¿No te lo advertí? (No, no lo hiciste, no juegues) tu eres el que quiere dejarse de farsas (muérdete la lengua) lo aclaramos desde el principio: esta no es una historia de amor, esto es una farsa (a medias) porque yo no soy ella, tu lo dijiste (eso ya lo sabía) ¿Lo supiste desde el principio ¿no? (ríete, vamos, ríete)
Ella...
Es una muñeca, una asesina, un espejismo
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