lunes, 14 de noviembre de 2011

Screaming

Grita, grita fuerte, hasta que te duela el pecho, hasta que te quedes sin voz (que no haga falta hablar nunca más).
Grita, como si se te fuera la vida en ello, grita, que no se oiga nada más que tu voz y tal vez algún día podamos reírnos de todo esto (o hacer como que nunca pasó).
No te calles, aun cuando te diga que lo hagas, porque no lo digo en serio (jamás voy en serio cuando hablo contigo)
Tu… ¿Recuerdas que te lo advertí? (en el fondo sé que es una pregunta estúpida) responde (no, cállate) ¿Te acuerdas?
Ella (una muñeca de trapo) ella (una mentira, nada mas) su voz (como canto de sirena) su risa (como agujas en la garganta) su piel (como de papel) y sus ojos (tal vez era demasiado para ti).
¿Ahora lo recuerdas? El agua caliente, las risas y los juegos de palabras (a final eso fue l que te hizo caer) toxica puede ser la palabra.
Ahora grita.
Grita para olvidarlo todo, grita hasta volverte loco (o volverme loca a mí), grita aunque te cueste trabajo respirar, grita y no pares de gritar.
Y sigue gritando, aun después que la dejes atrás, aun después de haberlo olvidado todo


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