Lucía diferente, ahora parecía más ligera, como si flotara, como si no tocara el suelo al caminar; más brillante, como si la luz bailara sobre su piel, tiñendo de colores su silueta. Más feliz, radiante, tranquila… como si danzara, siguiendo una melodía que yo no podía siquiera escuchar.
El día que toco a mí puerta era un día nublado y frio de mediados de noviembre, hacia más de dos años que la había visto por última vez, cruzando esa misma puerta, pero en dirección opuesta, hacia más de dos años que se había marchado, dejándome sin más despedida que un “hasta luego”.
Habían pasado más de dos años y yo llegue a creer que la había olvidado… que idiota había sido.
Ahora que había vuelto parecía distinta, fantástica, como si fuera parte de un sueño, (un sueño más sobre ella, como tantos otros)… aun mejor, porque era real.
Ahora que había vuelto era más ella y menos tú; actuaba como verano y caminaba como lluvia, Escuchaba como primavera, hablaba como junio.
Volvió, me dijo que había vuelto por su disco de los Beatles, por sus viejos pendientes y la fotografía de su madre, (pero no me dijo que había venido por mí y aunque era evidente yo no me di cuenta) y tomo su disco, su fotografía y sus pendientes… pero no se marcho, se quedo, tal como yo quería que lo hiciera.
A donde fuiste Cassie? ¿A dónde fuiste cuando me dejaste solo, extrañándote? ¿Valió la pena el viaje? Si me dices que si te creeré y no volveré a creer que me abandonaste.
¿Te llenaste la cabeza de sueños y los ojos de estrellas?
¿Hablaste con el sol?... ¿y con la luna? ¿Hablaron de arte y de películas viejas? ¿Le preguntaste por mi? ¿Te dijo lo mucho que te pareces a ella?
Dime si viste tu reflejo sobre el cristal y te diste cuenta que esa no eras tú… si fuiste a buscarte.
Dime si miraste el cielo lleno de luces y te preguntaste porque brillaba, si descubriste que lo hace brillar.
Dime Cassie… ¿Te enamoraste de una estrella fugaz? Una cuyo brillo fue demasiado breve… ¿Lloraste cuando desapareció su brillo del cielo? ¿Fuiste a buscarla?... ¿La encontraste?
Dime, linda, si hablaste con tu alma sentada sobre la hierba, sobre la mesa de la cocina, sobre una estrella; dime lo que te dijo, quiero escucharlo.
Dime si escuchaste historias: sobre amores, sobre héroes y batallas, sobre hombres como yo, sobre chicas como tú.
Cuéntame de nuevo la historia de aquel hombre que tenia tanto miedo a volar que nunca aterrizó…
Acaso el viento te voló el cabello y se llevo tus lagrimas? ¿Tuviste la oportunidad de ver bailar a las estrellas en el cielo, las burbujas bajo el agua, tu reflejo en el espejo?
¿Tus sueños te volaron la cabeza, linda? ¿Los cumpliste todos?
Cuéntamelo todo: ¿A quién conociste, que viste? ¿Reíste, lloraste?... ¿Te acordaste de mi?
Háblame de cuando te equivocaste, cuando te quedaste sola, cuando estabas más cerca de ti y cuando te volviste a perder.
Dime Cassie… si fue todo lo que esperabas, ¿Encontraste lo que buscabas?
Y… dime… ¿Me extrañaste mientras estabas allí afuera… buscándote a ti misma?
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